Los muertos no tienen consciencia de nada por lo que es inútil pedirles que intercedan por nosotros. Este argumento generalmente es utilizado por testigos de Jehová y algunas denominaciones evangélicas (una minoría). Los que utilizan este argumento se basan en la interpretación literal del siguiente pasaje: “Pues mientras uno sigue unido a todos los vivientes hay algo seguro, pues vale más perro vivo que león muerto. Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada, y no hay ya paga para ellos, pues se perdió su memoria. Tanto su amor, como su odio, como sus celos, ha tiempo que pereció, y no tomarán parte nunca jamás en todo lo que pasa bajo el sol.” Eclesiastés 9,4-6 El pasaje anterior se refiere a sus cuerpos pero no a su espíritu que retorna a Dios. En el mismo libro más adelante lo aclara: “Acuérdate de tu Creador en tus días mozos, mientras no vengan los días malos, y se echen encima años en que dirás: «No me agradan»;…vuelva el polvo a la tierra, a lo qu...
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