SENTIMIENTOS DE JESUS
San Pablo, en palabras que sintetizan el núcleo de la vida cristiana, nos exhorta; "Tengan
entre ustedes los mismos sentimientos de Cristo Jesús” (Filipenses 2, 5). La única receta
infalible para configurar nuestras vidas con la voluntad de Dios, para ser verdaderos hombres y
mujeres según el plan originario y salvífico de nuestro Padre Bueno es esta.
Aunque a muchos nos parece difícil llegar a realizar en nuestras vidas este ideal de humanidad, debe confortamos y animarnos las vidas de aquellos que hicieron posible el Reino de Dios en sus vidas. Es propicio este tiempo en que los sueños parecen utopías y las palabras amor, fraternidad, justicia y solidaridad un patrimonio oxidado que otrora fuera fuego, sal y vida, y reflexionemos con este digno ejemplo de SANTIDAD
entre ustedes los mismos sentimientos de Cristo Jesús” (Filipenses 2, 5). La única receta
infalible para configurar nuestras vidas con la voluntad de Dios, para ser verdaderos hombres y
mujeres según el plan originario y salvífico de nuestro Padre Bueno es esta.
Nuestro Señor Jesús es nuestro modelo, nuestra referencia mas perfecta hacia la debemos tender para ser felices, a amar y ser amados en Libertad. EI es el "hombre perfecto" (Gaudlum et spes, 38) que nos invita a ser sus discípulos y a seguirle. Estos sentimientos de Cristo a los que se refiere el apóstol y que debemos tener sus discípulos, los encontramos bien expresados en Gálatas 5, 22-23: (amor, pasión por la vida, alegría, paz, paciencia, empatía, bondad, fidelidad, humildad y dominio de si mismo). En unión con Cristo, los cristianos podemos ser, como hijos amados, auténticos seguidores del Dios de Ia vida, y vivir en el amor (Ef 5,1-2), conformando nuestros , pensamientos, palabras y sus acciones con los sentimientos que tuvo Cristo (Flp 2,5.) y siguiendo sus ejemplos (Cf.Jn 13,12-16).
Aunque a muchos nos parece difícil llegar a realizar en nuestras vidas este ideal de humanidad, debe confortamos y animarnos las vidas de aquellos que hicieron posible el Reino de Dios en sus vidas. Es propicio este tiempo en que los sueños parecen utopías y las palabras amor, fraternidad, justicia y solidaridad un patrimonio oxidado que otrora fuera fuego, sal y vida, y reflexionemos con este digno ejemplo de SANTIDAD
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