En defensa del papa

Que no venga el Papa!
Es un grito de guerra que resuena, calladito o no tanto, entre mexicanos de diversas extracciones. Pululan en las redes sociales y periódicos, grupos y columnas que levantan la voz con este grito: ¡que no venga el Papa! Luego van desgranando argumentos de diverso tipo; algunos interesantes, otros de plano ridículos. Vamos a hablar un poco de todos ellos, aunque, desde luego, ni los he leído todos, ni a todos los conozco. No soy teólogo, pero sí soy Católico, como declara ser más del 85% de los mexicanos en el último censo del INEGI. Veamos:
1. La visita del Papa a México atenta contra el Estado Laico.
Esta es una de las más insistentes. Por Estado Laico se entiende el Estado o País independiente de cualquier organización o confesión religiosa (Real Academia de la Lengua), y que no apoya ni favorece, pero tampoco prohíbe ni ataca, ninguna religión ni asociación religiosa que realice actividades legales. En un estado Laico no puede existir una “religión de estado” (como es el caso de los “estados Islamistas). Todos los ciudadanos son tratados por igual, sin importar su credo religioso.
Diferente del estado Laico es el estado Ateo, anticlerical, o la decidida intolerancia religiosa, que se encuentra sobre todo en estados de corte comunista o socialista, que no admiten la práctica de las creencias religiosas (cosa que, por cierto, sucedió en México en los años 20`s y que acabó con la vida de un estimado de 250,000 Católicos a manos del gobierno de Calles).
Actualmente en México existen, en números redondos, unos 100 millones de católicos confesos. Si son mayoría o no, resulta irrelevante. Lo que es relevante es que son mexicanos y que gozan de derechos humanos y de la garantía que les ofrece la constitución.
La Constitución Mexicana establece la laicidad fundamentalmente en el artículo 24: Todo hombre es libre para profesar la creencia religiosa que más le agrade y para practicar las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley. El Congreso no puede dictar leyes que establezcan o prohíban religión alguna. Los actos religiosos de culto público se celebrarán ordinariamente en los templos. Los que extraordinariamente se celebren fuera de éstos se sujetarán a la ley reglamentaria.
La pregunta es: ¿la visita del Papa atenta contra el Estado Laico? La respuesta es: NO. Lo que sí atentaría contra el Estado Laico sería prohibir la visita del Papa o de cualquier otro ministro de culto religioso a nuestro país, sea de la religión que sea. Pero esto no sucede, ni tiene por qué suceder. Hace poco vino a México el Dalai Lama, líder religioso del budismo y líder moral de la Nación Tibetana, y cada año nos visitan ministros de culto de la Luz del Mundo. ¿Soy yo budista, tibetano o de la Luz del Mundo? No; y sin embargo tengo que reconocer su derecho a estar en mi país y, sobre todo, el derecho de mis propios compatriotas a celebrar su religión como mejor les parezca.
2. La visita del Papa a México tiene fines políticos.
La visita de Benedicto XVI en periodo electoral es otro de los temas que suenan. ¿Viene el Papa a apoyar al partido de derecha? Vamos por partes:
Primero hay que notar que marzo NO es periodo electoral; pero da igual, porque los que se quejan lo harán si es periodo (porque es periodo) tanto como si no es periodo (porque es muy cercano, o porque se discute la reforma del 24, o porque lo que sea). En México todos los días del año se discuten temas que atañen a toda la población, y cualquier día de visita del Papa coincidiría con un “importante tema” que podría ser afectado. Los mismo podríamos decir de la visita de cualquier Presidente, Monarca, Patriarca o famoso en general. ¿La visita de Elton John tenía como fin oculto apoyar a la población LGTB? Lo dudo.
Mi opinión es que el Papa viene cuando su apretada agenda se lo permite, y que tiene asuntos que le preocupan más que la distribución de los curules entre azules, rojos, amarillos, verdes o anaranjados. Viene a lo que siempre ha venido el Papa. Juan Pablo II vino tres veces invitado por el gobierno del PRI y una vez en el gobierno de FOX. ¿Es que los del PRI querían promover el estado religioso? Ni soñarlo. Lo único que querían era atender las necesidades de los millones de católicos que pueblan el país y tender un gesto diplomático a la cabeza del Estado Vaticano. ¿De qué va a hablar el Papa? Bueno, de lo que hablan los Papas: de tener esperanza, no tener miedo, de ser solidarios y generosos: de ser buenos cristianos. Será un mensaje dirigido a los católicos y a todos los que quieran escucharlo. No me imagino a Benedicto XVI diciendo: “Ah, por cierto, votad por Josefina…”.
Si a algunas personas les preocupa que los cristianos sean mejores cristianos, ese ya es otro tema. Pero ¿quién negará nuestro derecho de serlo?
3. El Papa Benedicto es un pederasta y defensor de pederastas.
Éste es, a no dudarlo, uno de los temas más espinosos y difíciles a los que se ha enfrentado Benedicto XVI. Los graves –gravísimos- casos de pederastia en la Iglesia Católica han abierto un sinfín de discusiones y han causado dolor y desconfianza en millones de personas.
Vamos por pasos. Primero hay que saber que no existe ningún proceso o acusación formal y sustentada hacia el Papa Benedicto por pederastia. Lo que sí existe son las acusaciones genéricas en su contra por la supuesta defensa o encubrimiento de sacerdotes pederastas.
Desde los inicios de su Pontificado, el Papa Benedicto ha llevado a cabo docenas de visitas a personas que han sido afectadas, y a ha implementado nuevas reglas en el tratamiento de estos casos. Todos los documentos y homilías se pueden encontrar aquí, en la página del Vaticano http://www.vatican.va/resources/index_sp.htm. Un estudio dirigido por el "John Jay College of Criminal Justice" de la City University de Nueva York analiza los casos de pederastia y, entre los resultados, encuentra que la incidencia de estos casos tuvo su punto más álgido entre los años 60`s y 80`s y que, a partir de 1985, tuvieron un vertiginoso descenso. Este estudio lo encuentras aquí:http://www.usccb.org/issues-and-action/child-and-youth-protection/upload/The-Nature-and-Scope-of-Sexual-Abuse-of-Minors-by-Catholic-Priests-and-Deacons-in-the-United-States-1950-2002.pdf
De estos documentos podemos deducir que, por una parte, la incidencia de pederastia en Sacerdotes Católicos ha disminuido de forma indiscutible en los últimos 25 años, y que Benedicto XVI ha sido el Papa que, históricamente, más ha luchado contra este grave cáncer, modificando las reglas institucionales para su tratamiento, hablando del tema con apertura y visitando personalmente a las personas afectadas y a las Conferencias Episcopales. ¿El problema está resuelto? No. Pero también es cierto que Benedicto lo ha atacado enérgicamente. Prueba de ello es la apertura que hoy existe, y los casos que hoy están abiertos al conocimiento y escrutinio público. Es un problema que no empezó con Benedicto XVI pero que, a todas luces, ha disminuido y seguirá disminuyendo durante su pontificado.
4. El Papa Benedicto es Nazi.
Es verdad que Joseph Ratzinger, cuando joven (a los 14 años), ingresó a la fuerza en las filas de la “Juventud Hitleriana”. Vaya, yo también estuve en las filas del Ejército Mexicano cuando hice mi servicio militar. No porque estuviera de acuerdo con la ideología o política militar del gobierno de Zedillo, sino porque la ley me lo mandaba.
En 1939, estando Ratzinger ya en el Seminario, el Estado Totalitario de Hitler inscribió a todos, sin excepción, a las filas del ejército, a pesar de que él les manifestó su deseo de ser Sacerdote. Ratzinger, así de joven, estuvo en la defensa de una Planta de BMW bajo bombardeo y luego fue hecho prisionero por los Aliados; fue puesto en libertad tras el fin de la guerra.
Lejos de ser un Nazi, Ratzinger fue una víctima del régimen Nazista, como otros muchos millones de alemanes que fueron obligados a participar a favor del nacionalsocialismo.
5. El Papa Benedicto nos cae mal: estaba mejor Juan Pablo II.
Ni hablar: Juan Pablo II tenía un don de gentes impresionante, un rostro fotogénico y una juventud que arrastraba multitudes. Para muchos de nosotros, Juan Pablo II había sido el único papa en nuestra vida. Él era EL Papa. El cariño que le profesó México a Juan Pablo II fue entrañable y cercano, y Juan Pablo II nos lo dio de vuelta. Todos le extrañamos.
Independientemente de eso, vale recordar que más que a “Juan Pablo II” o a “Benedicto XVI”, los católicos queremos, escuchamos y vamos a ver al Papa, no por la persona que es en sí mismo, sino por quién es en su ministerio. El Papa, para los Católicos, es el Vicario, el representante, de Cristo en la tierra. Esto es parte de nuestra fe, y la constitución nos garantiza el derecho de profesarla. Ha habido muchos Papas en la historia. Seguro que unos eran más guapos, o más graciosos o más amables que otros. Es irrelevante. Queremos al Papa, así, como queremos a nuestro papá, no porque sea inteligente o guapo, sino porque es nuestro papá.
Esto no quiere decir que Benedicto XVI no sea digno de una verdadera admiración. Si es verdad que no es tan fotogénico o joven como su antecesor (de quien era por cierto, cercano amigo y hombre de confianza), también es cierto que es un profundo y fino teólogo, un escritor de primera y un cristiano a carta cabal. Es más difícil conocerlo, quizás, porque está más alejado de los medios de comunicación. Es más tímido a los reflectores. Algunas de las personas que no quieren que venga aseguran que “se parece al emperador Palpatine” (el “malo” en las películas de las Guerras de las Galaxias). ¡Vaya argumento! Pero me pregunto si sus detractores se han detenido a leer alguna de sus encíclicas, libros, artículos, cartas apostólicas u homilías. Ahí encontrarán el rostro verdadero del Papa. Atacar sin conocer no deja de ser un sinsentido.
6. Se va a gastar mucho dinero para la visita del Papa. El Papa no cobra, desde luego, honorarios por visita. No es Elton John o Lady Gaga. El Papa viene y viaja con sus propios medios. La Iglesia en México organiza los eventos que le corresponden, y el Estado, porque así debe de ser, ayuda y garantiza la seguridad en esos eventos.
Un ejemplo: si ganan las Chivas un campeonato, todos los seguidores del club se van a ir a la Minerva a celebrar. Están en su derecho. Para garantizar la seguridad de los que festejan y la de los que no festejan, el Ayuntamiento proveerá, seguramente, de barreras y protecciones para los coches, cerrará la Minerva, desplegará policías, enviará paramédicos. Porque lo único que quiere (y debe) es garantizar que la fiesta se lleve en paz.
¿Quiere decir esto que el Estado de Jalisco esté favoreciendo a Jorge Vergara? ¿Qué las Chivas tienen un trato “especial”, “preferencial”? Ni uno, ni otro. Si celebran los Tecos, o el Atlas o quien sea, el trato será igual. El hecho es que las Chivas tienen más seguidores, y que éstos son mexicanos, y que están en su derecho.
Por otro lado, si es verdad que se erogará un gasto importante para la visita del Papa y los eventos multitudinarios, también es evidente que la derrama económica es mucho mayor. Desde hace meses que están llenos los hoteles en León, desde hace meses que la actividad que se desarrolla está generando ganancias y movimiento para las empresas locales y, sin lugar a dudas, durante la visita los hoteles, hostales, restaurantes, tiendas, etc, estarán a reventar.
Así que, por una parte, el Gobierno gasta dinero (que va a parar a manos de mexicanos por cierto; no del Papa) y por otra, la visita genera una derrama económica importantísima para el Estado y la Ciudad. ¿En dónde está la pérdida?
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Por supuesto, estos argumentos no convencerán a muchos. Pero sobre todo espero que te ayuden a ti, si eres Católico, a conocer más al Papa, a entender las razones de su visita y a ver en ella una oportunidad para revitalizar el compromiso de los católicos hacia su Iglesia y su País.
Si no eres Católico y te opones a la visita, entonces he de decirte que no tengas miedo. No viene a apuntar con el dedo a nadie, ni a causar escándalo, sino a visitar a sus hijos. Tenemos ese derecho y vamos a ejercerlo, sin ánimo de acusar, ni enfrentar, ni destruir a nadie. Si no quieres ir a ver al Papa, ni escuchar al Papa, ni enterarte del Papa, no lo hagas; estás también en tu derecho.
Y si eres Católico o no Católico y asistirás a alguno de los eventos, allí nos vemos.
DIFUNDELA, COMPARTELA, DEFIENDE AL PAPA, DA TESTIMONIO!
¡ESTA ES LA JUVENTUD CON EL PAPA!

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