La Confesión, Sacramento de Sanación

Confesión, Sacramento de Sanación

Juan 20, 20-23

Les dijo: «¡La paz con vosotros! ». 20Dicho esto les mostró las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de Gozo al ver al Señor. 21El les volvió a decir: «¡La paz esté con ustedes!«. Así COMO EL PADRE ME ENVIO A MI, ASI LOS ENVIO A USTEDES. 22Dicho esto soplo sobre ellos: «RECIBAN EL ESPIRITU SANTO: 23A QUIENES USTEDES PERDONEN QUEDAN PERDONADOS, Y A QUIEN NO LIBREN DE SUS PECADOS, QUEDAN ATADOS.”

En este texto del Evangelio de San Juan JESUS nos habla específicamente del pecado, no se habla de “atar y desatar” en una manera amplia como en el texto de San Mateo 16, 19, aquí JESUS se refiere muy directamente al perdón de los pecados.

Este es un pasaje de gran solemnidad. Son las primeras palabras del Resucitado a sus apóstoles en congregación, son las primeras palabras de JESUS a sus discípulos después de la Redención. JESUS establece un paralelismo entre la misión que le encomendó el PADRE y la que El les encomienda. El PADRE le dio una misión: La Redención, JESUS la cumplió a cabalidad y ahora El envía a sus escogidos para mantener el ministerio con una misión nueva: Ser los administradores de la consecuencia de la Redención, del perdón de los pecados. ¿Por qué? ….Misterio arcano que solo JESUS , su PADRE y el Espíritu conoce y que a nosotros no nos corresponde enjuiciar, sino creer en Fe. Para reafirmar este poder les da solamente el ESPÍRITU SANTO, no para la misión de la Iglesia carismática como el Pentecostés, sino que es una “Unción Especial” para impartir este ministerio que es dado solo a los apóstoles, no a la congregación de los seguidores de JESUS. Este soplo del ESPÍRITU sobre los Apóstoles hay que relacionarlo con el Soplo del PADRE en Génesis 2,7donde le da “Infusión de vida a Adán, Aquí JESUS infunde “Vida nueva” al darle poder a la Iglesia naciente de perdonar al pecador en muerte espiritual y darle la vida nueva en CRISTO merecida en la cruz del Calvario.

Hermanos de otras denominaciones interpretan que JESUS aquí cuando habla de perdón de los pecados se refiere a una predicación de arrepentimiento y establecen un paralelismo con Lucas 24, 46-47, pero seria absurdo pensar que JESUS le da este poder a Apóstoles de forma tan solemne cuando ya lo había dado anteriormente. Tampoco se refiere JESUS a la intención de que si perdonamos se nos perdona como lo dijo en el Padre Nuestro, pues aquí no se habla del perdón de los apóstoles, sino de un perdón administrado por ellos y que no implica perdón automático de ellos. Hay que predicar el arrepentimiento de los pecados, pero esta predicación es absolutamente diferente del perdón en si. Este es el texto básico donde la Iglesia se ha apoyado en los siglos para perdonar los pecados, base más que Evangélica y más clara que muchos de todos los textos en común.

Este perdón no se extinguió con los apóstoles, como no se extinguió el mandato de predicar y bautizar al morir los Apóstoles, sino que continuó en los sucesores hasta el día en que JESUS regrese a entregar el reino al Padre y ya no exista mas pecado por que su autor ya ha sido aniquilado.

La Confesión tiene una dimensión espiritual que se escapa a los que no tienen los ojos abiertos a la realidad del Espíritu, y es la de experiencia de Gracia. Somos  imagen y semejanza de Dios en nuestro espíritu (que es lo que tenemos semejante a El) nuestro espíritu vive por la Gracia, es la Gracia lo que nos da la Santidad por la cual hacemos patente nuestra filiación divina. Como decían los Padres de la Iglesia “Lo que en Dios es por Naturaleza en el hombre lo es por Gracia” o sea somos semejantes a Dios por la Gracia Santificante.El pecado destruye la vida espiritual desde el momento en que perdemos la Gracia, podemos decir que el pecado es la muerte del espíritu, la vaciedad del hombre, la nada espiritual, esto nos lleva a Adán-barro. Cuando Adán fue creado tenia forma humana, era humano pero no tenia vida, dice la Santa Palabra que Elohim-Dios SOLPLO aliento de vida y Adán vivió y reconoció la maravilla que Dios le había dado, con este soplo de vida entro el Espíritu Santo (rúa) y con el Espíritu, la Gracia.

Génesis 2, 7

         “Entonces, el Señor Dios formo al hombre con polvo de la tierra, y SOPLO en sus narices

          aliento de vida y existió el hombre con aliento de vida”

El Señor Dios solamente SOPLA  DOS VECES en toda la historia de la salvación, la primera el día de la creación del hombre,la Segunda la tarde de la Resurrección, veamos:

SAN JUAN 20, 22

Dicho esto SOPLO sobre ellos: Reciban el Espíritu Santo, a quienes perdonen los pecados

       les queden perdonados, y a quienes no liberen, queden atados”

Es muy significativo que el Señor sople dos veces sobre el hombre y en ambos casos da el Espíritu Santo,

que consecuencia trajo el primero de estos soplos? La vida y la Gracia! Eso mismo hermano es lo que da Jesús por medio de su soplo divino a su Iglesia para ministrar, es por eso que dijo “Así como  mi Padre me envío YO LOS ENVIO” es un verdadero envío el que da Jesús a su Iglesia para dar la vida de la gracia en la Confesión.

EL objetivo y el fin del Cristiano (al igual que Israel) es la Santificación, somos llamados a ser una Nación Santa, somos llamados a ser Santos porque el Señor que servimos es un Dios Santo, así que nuestras transgresiones  nos hacen perder la Santidad, el fin de la Confesión no es solo el perdón de los pecados, es llevarnos a la Reconciliación con Dios y restablecer la Santidad que adquirimos el día del Bautismo por medio de la Gracia.Cada Confesión es un Nuevo Nacimiento pues somos  restaurados a la condición de hijos de Dios.

El Sacramento de la Confesión no solo perdona los pecados, este sacramento Sana y Libera, es por esto que el Catecismo de la Iglesia incluye el Sacramento de la Confesión entre los Sacramentos de Sanación, en la Confesión no solo somos sanados espiritualmente, también somos sanados de las enfermedades que tienen su origen en el pecado, en el Sacramento de la Confesión también solos liberados poderosamente de ataduras y acciones del enemigo de lo Santo.    

Cuando pecamos ya dijimos que muere el alma a la Gracia, en la Confesión y por el poder de Jesús no solo se perdonan los pecados, también  se da la vida de la Gracia, es un nuevo nacimiento del alma muerta por el pecado a la vida por el soplo de la Gracia.Que poco conocemos y valoramos este poderoso medio de vida dejado en las manos débiles de la Iglesia!

PRECEDENTE BIBLICO DEL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACION

El Pueblo de Israel era un pueblo que conocía que su DIOS era un DIOS Misericordioso (Éxodo 34, 6-7), sin embargo instituyó liturgias externas para tener la seguridad del perdón que sabían su DIOS otorgaba, así vemos en el Levítico:

Levítico 4, 27-31 27Si un hombre cualquiera del pueblo peca por inadvertencia, haciendo algo prohibido por Yahvé, volviéndose culpable. 28En cuanto se le indique el pecado cometido presentará como ofrenda una cabra sin defecto,29pondrá la mano en la cabeza de dicha víctima por el pecado y la degollará en el altar de los holocaustos. 30El sacerdote mojará su dedo en la sangre y tocando los cuernos del altar de los holocaustos derramará el resto en su base.. Así se hará expiación por el que ha cometido la falta y será perdonado.

El acto externo aseguraba al creyente la posesión del perdón prometido. DIOS perdonaba, pero el hombre por medio de un gesto hacia público su condición de pecado y su arrepentimiento.

El corazón del Culto de Israel que eran los Sacrificios exigían la Confesión audible del pecado cometido cuando el Sacrificio era ofrecido por este, en todos los Sacrificios a excepción de los de primicias y Diezmo y el del cordero de la Pascua se imponía las manos sobre la victima, el Sacrificio mas importante de todo el judaísmo era La Ofrenda por el pecado”, estos sacrificios eran validos solo si habia un profundo arrepentimiento del oferente, el Sacrificio llevaba este orden

1) memoria del pecado ante Dios

2) arrepentimiento

3) Confesión de los pecados

4) Rociamiento con la Sangre

5) Perdón de los pecados

Durante el Sacrificio el que lo ofrecía hacia esta oración:

Te ruego Señor, he pecado, he hecho perversamente, me he rebelado, he cometido el pecado de (acá se confesaba en voz alta el pecado cometido) pero vuelvo arrepentido y sea esto para expiación”

Noten como el orden del Sacrificio por el pecado que no es mas que un Sacramento de Reconciliación de la Antigua Alianza con lleva los mismos pasos de nuestra Confesión

1) Examen de conciencia

2) Arrepentimiento

3) Confesión de los pecados

4) Perdón de los pecados por los méritos del Sacrificio de Cristo en la cruz

5) Acto de contrición y absolución

Es verdaderamente penoso que personas que dicen conocer las Escrituras no  vean  la profunda raiz bíblica del Sacramento de la Confesión.

En el judaísmo tardío según el Talmud existían ritos penitenciales públicos donde este contenía una formula de arrepentimiento “Oh, YAHVEH, he pecado yo y toda mi familia, perdona mis pecados y los de mi familia”. El historiador Judío Flavio Josefo también menciona que en su época se ofrecían sacrificios por los pecados concretos y personales en su libro “Antigüedades Judaicas”.

Por razones incomprensible para nosotros esta magna obra le  fue mandada dispensar a la Iglesia por medio de los Apóstoles y sus sucesores. La Confesión esta íntimamente ligada al Sacrificio de la Cruz de Cristo pues nace de  esta y de la tarde de la Pascua cuando Jesús  da la gran comisión los apóstoles “Así como el Padre me envió, Yo los envió a ustedes..”

EL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACION EN LA IGLESIA NACIENTE

En San Juan 16, 12-13, el SEÑOR JESUS nos dice bien claro que cuando venga el ESPÍRITU de la Verdad, este va a revelar todas las cosas que El no ha dicho. La Iglesia después de Pentecostés comenzó el ministerio del perdón esa misma mañana, cuando Pedro proclama el Bautismo para el perdón de los pecados, (Hechos 2, 38). La Iglesia primitivamente como nos lo dice I Corintios 5, 1-5 excluía de su seno a los pecadores y los recibía en la comunión de los santos si se arrepentía II Corintios 2, 5-11, esta era la manera primitiva de ejercer el don de perdonar. Ya a fines del siglo II se impone una forma apostólica de perdonar que aparece veladamente en I Timoteo 5, 22:

No impongas a nadie las manos a la ligera no sea que te hagas cómplice de los pecados de otros.

Esta imposición de manos no es en modo alguno referente a la ordenación al ministerio, pues desde el versículo 17 Pablo nos habla del pecado. Pablo le dice a Timoteo que no perdone por imposición a la ligera a un pecador so pena de cargar el con futuros pecados, y no solo de los presbíteros pues en el versículo 17 en adelante habla en singular y en el 22 en plural.

El mismo Apóstol Pablo esta consciente de la necesidad que tiene el hombre de la realidad  del poder concedido a los Presbíteros para la reconciliación cuando dice:

2 Cor 5,18-20… y todo esto proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo, y nos encomendó el ministerio de la reconciliación. Nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Somos pues embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros.  Os suplicamos en nombre de Cristo ¡Reconcíliense con Dios!

Acá san Pablo no le dice a los Corintios que  hicieran una profesión de fe aceptando a Cristo como su Señor y Salvador para que se reconcilien con Dios, esta no es la  primera vez que San Pablo predica a los Corintios,, sino es la Segunda ocasión,[1] ya los Corintios habían aceptado a Cristo,  Jesús es su Salvador. San Pablo se refiere al poder reconciliador que se le ha otorgado a los presbíteros, entonces hay que acudir con ellos para verdaderamente ser perdonados, por queDios nos perdona por medio de ellos… Aparte de la confesión, lo que nos hace participar del perdón de los pecados es primeramente el bautismo como lo menciona el apóstol Pedro en la primera predicación de la iglesia (Hech 2,38), mas no obstante, sabemos que después del bautismo seguiremos siendo pecadores, y la manera de que nuestros pecados nos sean perdonados es la confesión.

En la Iglesia primitiva la confesión de los pecados era pública como dice el Apóstol Santiago:

Santiago 5, 16 Confiesen sus pecados unos a los otros y pidan unos por otros para que se sanen.

Antes de comenzar la Eucaristía los pecadores puestos de pie confesaban sus pecados públicamente y públicamente se daba la absolución por el Presbítero presidente, de ahí proviene el inicio de nuestra Eucaristía “Antes de comenzar los sagrados misterios reconozcamos nuestros pecados” que aun subsiste después de XX siglos, ya de forma simbólica. De ahí también la categoría de Sacramento de Sanación de la Reconciliación.

San Ignacio de Antioquía en el Siglo II en su carta a los Filadelfos 8, 1 decía “Eso si, a todos los que se arrepienten les perdona el SEÑOR, a condición de que su arrepentimiento termine en la unidad de DIOS y en el tribunal del Obispo”.

La Didache, el escrito mas antiguo del cristianismo, escrito hacia el Siglo I dice referente a la confesión en su punto IV, 14 “En la reunión de los fieles, confesarás tus pecados y no te acercarás a la oración con conciencia mala”.

Entre los siglos VI y VII se efectuó un cambio en la confesión de los pecados de público a privado, esto ocurrió paulatinamente cuando el monaquismo Irlandés se extendió por Europa y los fieles escogieron a estos hombres santos para cumplir lo ordenado por Santiago, no públicamente sino en la presencia de estos monjes de sabiduría y vida santa. El Concilio de Letran en el año 1215 fija la pauta definitiva del Sacramento de la Reconciliación como lo conocemos hoy.

Muchos hermanos retan la Confesión diciendo que ellos se confiesan con Dios personalmente, eso no es bíblico..en ningún lugar del Nuevo Testamento dice como instrucción que uno se confiese con Dios directamente, mas bien la única  orden que dio Jesús fue poder de perdonar los pecados A LOS APOSTOLES “A quien ustedes perdonen yo perdono”, esta es la única forma segura de que nuestra Confesión ha sido aceptada por Dios y el perdón ha sido otorgado, pues el Señor que es un Dios fiel no se retracta de la palabra que da ni de la promesa que hace.

Otros hermanos dicen que el Sacerdote es un hombre como otro cualquiera y esto lo dicen en la propuesta de que el Sacerdote como hombre no puede perdonar los pecados, esto nos lleva a a la pregunta:

Puede un hombre perdonar los pecados???

La respuesta es un rotundo no. Nadie ha dicho que un hombre pueda perdonar los pecados de otro hombre, la Iglesia no dice que un  hombre puede perdonar los pecados, sólo Dios puede perdonar los pecados,[2] (Mc 2,7) pero nos podríamos hacer también la siguiente pregunta:, ¿Puede un hombre caminar sobre el agua? ¿Puede un hombre hacer milagros? ¿Puede un hombre arrojar demonios? ¿Puede un hombre resucitar muertos? En todas las preguntas la respuesta es no.

Pero ¿que pasaría si Dios otorgara poder a un hombre para caminar sobre las aguas? Caminaría ¿verdad? (Mt 14,25-29) ¿si le diera potestad de arrojar demonios? Podría arrojarlos ¿verdad? (Lc 10,17) (Hech 16,16-18) ¿y hacer milagros y resucitar muertos? También (Hech 3,5-8) (Hech 9,36-41) Entonces ese hombre con el poder que Dios le ha otorgado tiene la facultad de hacer lo que Dios quiere que haga y eso es la Confesión, el hombre ministrando el perdón de la Cruz ordenado por Jesús y capacitado por el Espíritu Santo recibido en Efusión

Otros dicen que el Sacerdote es un picador como los demás y la noticia nueva para ellos   es que la Iglesia también lo sabe y por eso el Sacerdote tiene que ser perdonado por otro Sacerdote, pero la vida personal del Sacerdote y sus posibles pecados no invalida la Confesión pues el Sacerdote ministra con la santidad de su vida sino con el poder de Dios, es como un juez que imparte justicia con el poder del estado y esta es validad no importa cual sea la vida de este.

Concluyendo, JESUS le da el poder a los Apóstoles de Ministrar el Perdón logrado por el en la cruz (San Juan 20,23) aunque también nos dice que hay pecados que no se perdonan, como es el caso del pecado contra el Espíritu SANTO, la Iglesia determina que para saber si se puede perdonar en pecado es necesario conocerlo y por tanto confesarlo, para perdonar, para aconsejar y por lo tanto sanar. La condición previa a la confesión y necesaria es el arrepentimiento, sin este la confesión no es válida. El Presbítero investido por el Obispo (Sucesor de los Apóstoles que recibieron tal poder) absuelve al cristiano arrepentido, no con su poder, sino con el poder recibido por la Iglesia ministra el perdón de DIOS logrado por JESUS en la Cruz y lo confirma con el signo de la imposición de mano. Sacramento de sanación, signo maravilloso del poder de DIOS y de su misericordia que nosotros la Iglesia no lo sabemos valorar y que es como decían los Padres de la Iglesia, una Segunda tabla de Salvación.

Actualizado Agosto 4, 2009

Actualizado Noviembre 2003


[1] Pablo escribió por lo menos tres cartas a los corintios, 1 Cor 5,9

[2] la Iglesia Católica, enseña que sólo Dios puede perdonar los pecados CIC. 1441, 589 y 1442.

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