Es cierto que los muertos no tienen conciencia ?

Los muertos no tienen consciencia de nada por lo que es inútil pedirles que intercedan por nosotros. Este argumento generalmente es utilizado por testigos de Jehová y algunas denominaciones evangélicas (una minoría).


Los que utilizan este argumento se basan en la interpretación literal del siguiente pasaje:
“Pues mientras uno sigue unido a todos los vivientes hay algo seguro, pues vale más perro vivo que león muerto. Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada, y no hay ya paga para ellos, pues se perdió su memoria. Tanto su amor, como su odio, como sus celos, ha tiempo que pereció, y no tomarán parte nunca jamás en todo lo que pasa bajo el sol.” Eclesiastés 9,4-6


El pasaje anterior se refiere a sus cuerpos pero no a su espíritu que retorna a Dios. En el mismo libro más adelante lo aclara:
“Acuérdate de tu Creador en tus días mozos, mientras no vengan los días malos, y se echen encima años en que dirás: «No me agradan»;…vuelva el polvo a la tierra, a lo que era, y el espíritu vuelva a Dios que es quien lo dio.” Eclesiastés 12.1.7


El mensaje del libro del Eclesiastés es trata de que todo es vanidad sino es amar y servir a Dios. Es escrito en un momento donde para este punto la revelación no estaba completamente dada, no se tenía certeza de la vida después de la muerte, ni siquiera se tenía conocimiento de la resurrección que fue mencionada por el profeta Daniel por primera vez en el capítulo 12. En ese sentido no es raro encontrar en el libro del Eclesiastés pasajes como:
“¿Quién sabe si el aliento de vida de los humanos asciende hacia arriba y si el aliento de vida de la bestia desciende hacia abajo, a la tierra?” Eclesiastés 3,21
No es que no se sepa si nuestro Espíritu va hacia el cielo en comparación con el de los animales, sino que para ese entonces no estaba revelado.


“Porque el hombre y la bestia tienen la misma suerte: muere el uno como la otra; y ambos tienen el mismo aliento de vida. En nada aventaja el hombre a la bestia, pues todo es vanidad.” Eclesiastés 3,19
No es que el hombre y la bestia tengan la misma suerte y que en nada aventaje al hombre a la bestia, sino que para este punto no estaba revelado. Cristo mismo reveló posteriormente que nosotros valemos más que los animales:
“Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?” Mateo 6,26
Este argumento de que los muertos no tienen conciencia de nada solo cobraría fuerza ante alguien que no se ha leído el libro del Eclesiastés completo y sin analizarlo a la luz del nuevo testamento donde se nos revela que aquellos que han muerto en Cristo abandonan su cuerpo para estar con Él en espera de ser revestidos de su cuerpo resucitado.
Pablo siempre tuvo la certeza de que al morir estaría con Cristo, lo cual para él era mucho mejor:
“Me siento apremiado por las dos partes: por una parte, deseo partir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor;” Filipenses 1,23


“Porque sabemos que si esta tienda, que es nuestra morada terrestre, se desmorona, tenemos un edificio que es de Dios: una morada eterna, no hecha por mano humana, que está en los cielos. Y así gemimos en este estado, deseando ardientemente ser revestidos de nuestra habitación celeste, si es que nos encontramos vestidos, y no desnudos. ¡Sí!, los que estamos en esta tienda gemimos abrumados. No es que queramos ser desvestidos, sino más bien sobrevestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Y el que nos ha destinado a eso es Dios, el cual nos ha dado en arras el Espíritu. Así pues, siempre llenos de buen ánimo, sabiendo que, mientras habitamos en el cuerpo, vivimos lejos del Señor, pues caminamos en la fe y no en la visión… Estamos, pues, llenos de buen ánimo y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor. Por eso, bien en nuestro cuerpo, bien fuera de él, nos afanamos por agradarle.” 2 Corintios 5,1-9


La gran revelación de Cristo es que el ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia y que Dios nos en un Dios de vivos sino un Dios de muertos:
“Y acerca de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en lo de la zarza, cómo Dios le dijo: = Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? = No es un Dios de muertos, sino de vivos. Estáis en un gran error.»” Marcos 12,26-27
El pasaje anterior nos enseña que si Dios es Dios de Abraham, Isaac y Jacob es porque ellos están vivos ya que Dios no puede ser Dios de alguien que no existe o no tiene conciencia y por eso no es raro ver que Jesús habló con Elías y Moisés:
“Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús.” Marcos 9,1-4


Según lo anteriormente visto la creencia de que los muertos no tienen conciencia de nada es equivocada y contradice lo que la Escritura enseña.

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