LOS LAICOS Y LA CASTIDAD

LOS LAICOS Y LA CASTIDAD

¿ESTAMOS LOS LAICOS LLAMADOS A LA CASTIDAD?


En este tema es interesante saber que es CASTIDAD, pues en el mundo en que vivimos es una palabra un poco extraña, de poco uso y hasta objeto de burla, por parte de quienes creen saber algo de esta palabra. Comencemos por definir la palabra según la Real Academia Española: Virtud de quien se abstiene de todo goce carnal. Sin embargo, la misma fuente habla de la castidad conyugal, como la castidad que se guardan mutuamente los casados. Acudiendo a un diccionario de sinónimos y antónimos, la castidad tiene como sinónimos palabras como: pureza, continencia, pudor, decoro, honestidad, decencia, virtud, virginidad, por lo contrario, sus antónimos son: impureza, lujuria, sensualidad. Estos conceptos servirán de abre boca, en este tema; la Iglesia Católica en este ámbito, nos habla de tres tipos de castidad: la castidad juvenil o pre-matrimonial, la castidad matrimonial y la castidad de los consagrados, ya aquí, como que vamos quedando incluidos todos ¿no? Erróneamente se cree que esto de la castidad corresponde solo a los sacerdotes, religiosos (as) pero creemos, no es un tema propio para laicos, desde mi punto de vista, ha sido una táctica burda pero efectiva, del demonio para alejarnos a nosotros los laicos de la Gracia Santificante (la amistad con Dios) con el fin que residamos en su infernal casa por toda la eternidad, antes de continuar, me encomiendo a la Virgen Santísima, a San Francisco y todos los santos que practicaron esta virtud de forma heroica, también a mi Ángel de la Guarda, por supuesto a Dios mi Gran Amor, pues se lo mucho que le molesta a Satanás este tema; volviendo a lo que nos ocupa y antes de exponer los diferentes tipos de castidad relataré, lo que a mi parecer es la forma más bella de explicar este don maravilloso, se lo escuche a la Madre Gabriela, explicándoselo a una novicia que iba a hacer votos perpetuos, decía algo así: la castidad virginal que nosotras le ofrecemos a Dios, no solo es una ofrenda agradable a Dios, sino una oración viva ante la lujuria del mundo, algo así dijo ella, pero como me afecta a mi que soy casado, esta conversación entre vírgenes (mujeres que hacen votos de no tener nunca marido alguno) sí me afecta pues entre los sinónimos de castidad encontrados solo uno que hace referencia a la virginidad, el resto es aplicable a todos, de hecho explicaba esta religiosa, que todos debemos cumplir con la condición de ser castos, mas ellas lo hacen de forma más radical, haciendo promesa por una castidad perfecta, al igual que los sacerdotes, expliquemos como toca a los laicos este tema, pues la Iglesia nos invita a guardar castidad según nuestra condición (casado, soltero o consagrado) ahora sí se explicará los tres tipos de castidad:


Castidad juvenil o pre-matrimonial:

La Iglesia llama a los solteros a guardar una castidad perfecta, libre de sexo de cualquier tipo, tanto relaciones heterosexual (sexo con persona del otro sexo) como homosexual (relaciones sexuales con el mismo sexo) para ambos va la exhortación eclesial, incluyendo la tan recomendada, por médicos, psicólogos y psiquiatras, masturbación, esta última aun cuando se niegue, obsesiona al individuo con el sexo, trayendo problemas psicológicos y el que la practica considera a las personas como objetos de sus fantasías sexuales y no realmente con dignidad humana como nos ha creado Dios, esta practica necesita muchas justificaciones porque la persona se siente vacía y culpable, aunque supuestamente crea que está bien, estas personas se hacen incapaces de tener relaciones estables, porque el placer buscado es tan solo para satisfacerse a si mismo, por tanto puede llegar el momento que la otra persona no hace falta (egoísmo). La promiscuidad (relación sexual con varias personas) tiene consecuencias desde todo punto de vista, por un lado igual que las masturbación produce en la persona vacio y sentimiento de culpa, pero adicionalmente, la promiscuidad aun cuando sea una persona por vez, va creando problemas en la capacidad de tener una relación estable, creándose conceptos errados, como que todos los hombres son unos “perros”, ningún hombre sirve o que todas las mujeres son “prostitutas” (esta no es la palabra exacta, pero creo se entiende) esto como consecuencia de los múltiples fracasos en el orden sentimental, que se une rápidamente con el ámbito sexual, otra situación que se da con este estilo de vida, son las enfermedades de trasmisión sexual, las cuales no se evitan con el uso de preservativos o condones, pues es comprobado que algunos tipos de virus del S.I.D.A. logran traspasar el lacte, esto no se dice, pues las industrias de estos preservativos necesitan creamos es cien por ciento seguro, adicional a esto he conocido casos de mujeres que salieron embarazada usando preservativos el hombre, por tanto ¡cuidado! El último punto y no por ello menos importante es la creciente cantidad de familias en la que no existen padre, por la poca responsabilidad existe en este tipo de relaciones promiscuas. Por otro lado, para evitar tanto la promiscuidad como la masturbación, no esta permitido ningún tipo de pornografía (aun cuando sean desnudos artísticos, como a veces les llaman) el peligro de la pornografía es que conduce sin remedio a la masturbación o a la promiscuidad. Es necesario aclarar que estas practicas son prohibidas en cualquiera de los tres estados soltero, casado o consagrado, no por locura de la Iglesia sino más bien porque las castidad a la vez que permite librarnos de todos los problemas expuestos anteriormente, nos protege también de tomar decisiones obligadas por la lujuria, el soltero que no practica la castidad le es muy difícil saber si está siendo llamado por Dios a la vida consagrada o si la persona con la que quiere casarse es la indicada, la castidad pre matrimonial, abre las puertas del corazón y de la mente para escoger sin ataduras la vida que quiero para el resto de mi vida, la castidad pre matrimonial, como las otras dos son regalos de Dios, por tanto, debemos pedir y amar la castidad pre matrimonial, para amando la castidad, como regalo de Dios y amando a Dios, agradezcamos al Señor, con una vida santa, libre de los tormentos a los que se someten los esclavos del sexo, los cuales creen, engañados por el demonio, que someterse a la voluntad de Dios, de ser castos, los hace esclavo, nada más lejos de la realidad, Dios no nos hace esclavos, el que ha experimentado algún tipo de vicio, cigarrillo alcohol o drogas les va bien este símil, los que tienen la dicha de no saber de vicios imagínenselos, los científicos dicen que el vicio del sexo, es tres veces más fuerte que el de drogas, como la marihuana o cocaína (drogas estas muy adictivas) quiero terminar el punto de la castidad pre matrimonial rogando a Dios por los solteros, para que por amor a nuestro Gran Amor (Dios) logren amar la castidad como respuesta de amor al que solo quiere protegernos, de nosotros mismos y nuestros desordenes; Señor Dios, Pureza Absoluta, te ruego nos otorgues el don de la castidad pre matrimonial, para guiar nuestras vidas según Tú Voluntad y no según nuestras lujurias, Señor te entrego las pasiones desordenadas de todos los solteros, rogándote seas tu siempre su Dios y no el sexo, por favor, si en este momento eres victima de la esclavitud sexual, pide a Dios así, Dios Santo y Castísimo, renuncio al diablo que me presenta, la lujuria como una opción, quiero someterme a ti pero reconozco me es muy difícil ser casto ayúdame tu mi Dios y Gran Amor.

Castidad matrimonial:



Creemos, erradamente, que dentro del matrimonio todos los placeres sexuales son lícitos, pues siento decepcionarles o más bien y siendo sincero, me alegro de decepcionarles, primero aclaremos que es el matrimonio, para mi como católico, es la unión de una mujer y un hombre, en el sacramento del matrimonio, es decir, los esposos consagran su amor a Dios, con los testigos, presentes en el templo y con el testigo de Dios el Ministro Consagrado, resalto con la Iglesia, este punto, el matrimonio no une a personas del mismo sexo como ya lo han aprobado algunos países. El sacramento del matrimonio es una consagración, que dura hasta la muerte de uno de los cónyuges, no por capricho de la Iglesia sino por incapacidad de esta, para desobedecer una orden emitida por el mismo Cristo “El que se separa de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera” es grave esto y por ello la Iglesia no puede admitir segundas nupcias. Otro concepto importante de aclarar es el de “esposo” el sacerdote dice “los declaro marido y mujer” entonces porque utilizamos el termino “esposo” este termino viene de una palabra del latín que significa “compromiso” es decir, yo con mi mujer, adquiero un compromiso, por tanto, podemos decir que estamos comprometidos el uno con el otro, ese compromiso dura “hasta que la muerte los separe” utilizando la liturgia católica. Aclarados estos puntos y cayendo en la cuenta que el compromiso que hice con mi mujer, lo hice ante el Altar del Señor, ante el Santísimo Sacramento del Altar (Jesús vivo y resucitado, escondido en el sagrario) además que ante un Ministro suyo, hice juramento por cumplir este compromiso, solo nos resta pedir ayuda a Dios para cumplir con este sacramento bellísimo del matrimonio, pues ni Dios me obligó, ni el Sacerdote, fue decisión de mi esposa y mía. Teniendo en cuenta todo lo dicho anteriormente, centrémonos en la castidad, desde mi punto de vista la más bella de las tres, estoy claro esto es por mi vocación matrimonial, Dios te prohíbe lo mismo que a los solteros, es decir cero pornografía, masturbación o promiscuidad, un punto que se me paso, en la castidad pre matrimonial, que aplica para todas, es lo dicho por Jesús: “el que mira con deseo a la mujer de su prójimo, ha cometido adulterio en su corazón” por tanto cuidado con los ojos también, esto nos lleva a entender lo que Jesús quiere, el desea seamos puros (castos). En el matrimonio está prohibido, algo ya dicho pero que es necesario, insistir en ello, la promiscuidad, esto incluye desde la “aventura casual” a una persona fija, nada de infidelidad, cualquier tipo de terceros o cuartos en el matrimonio están prohibido ¿pero porque? Por algo muy sencillo está demostrado que las infidelidades, van llenando la relación matrimonial de dudas, alcohol, drogas y esto deteriora y acaba con el matrimonio, la Biblia nos dice: “el que dice amar a Dios al que no ve y no ama a su prójimo al que ve es un mentiroso” de aquí podemos concluir que si yo digo te soy fiel Señor, pero no soy fiel a mi esposa, para Dios soy un mentiroso, la fidelidad matrimonial no debe sustentarse al temor de la actitud que asuma el cónyuge, ante bien debe ser consecuencia del amor a Dios, pues por amor a Dios podemos amar a nuestro cónyuge, visto así el cónyuge no es mi excusa para pecar, pues caería en los mismo que Adán y Eva; la castidad matrimonial, va más allá de no ser infiel, la castidad matrimonial es sutil y delicada como una mujer, fácil de romper, pues la castidad matrimonial incluye el respeto y decoro con el que tratas al otro, aun en la intimidad sexual, pues se puede correr el riesgo de ver a tu cónyuge como un juguete sexual con el que te complaces, no habiendo diferencia entre esto y la masturbación. La intimidad conyugal es un darse al otro, es una entrega total, que no se limita al acto sexual en si, sino a toda la vida matrimonial, es resumiendo, saberte “comprometido” eternamente, teniendo por tanto que darte al otro con inmenso amor, conquistándole a diario. La castidad matrimonial esta radicalmente divorciada de ver la intimidad sexual como un compromiso o deber para con el otro, es una entrega de amor, pueden estas líneas sonar romanticonas, pero es la exigencia como Dios quiere nos amemos los casados, desde esta óptica, las dificultades de la Mano de Dios, van siendo más llevaderas y los hijos son consecuencia del amor conyugal y regalos de Dios, usando una expresión judía, en la que creo fielmente “los hijos son bendición de Dios” no derechos míos como persona, por tanto el amor familiar se da, primero por que cada cónyuge ama a Dios, de ese amor a Dios surge en amor humano de los esposos y de estos dos amores como consecuencia y demostración del infinito amor, del Amor de Dios, Él nos regala los hijos, para criarlos según su Gran Amor. En coherencias con estas líneas, nos damos cuenta de porque Dios no contó en su plan de vida para los casados, con el divorcio, pues al vivir la castidad matrimonial nuestra familia se convertirían en Iglesias Domesticas, en la que la adoración a Dios sería natural, pero una vez más el enemigo de nuestras almas, hace grandes esfuerzos para que la castidad matrimonial no se de y ocurran separaciones. Si somos sinceros la castidad matrimonial es exigente tanto como la anterior castidad, por tanto consciente de ello, oro yo al Señor por mi castidad matrimonial y si te cuesta a ti también o si no eres casado pero conoces personas a la que le cuesta este ideal, oremos juntos a Dios por la castidad matrimonial: Jesucristo Castísimo como nadie y Fiel a tu esposa la Iglesia por siempre, danos a nosotros tus adoradores la Gracia de amar a nuestro cónyuge, como tu amas a tu Iglesia, serle fiel como tu eres fiel con tu esposa la Iglesia y ser castos como solo tu eres castos, te lo pedimos por la intercesión de José tu padre castísimo esposo, de tu Mamá María y por ella, eternamente Virgen, a la vez te pedimos, que nuestras familias se parezcan a Tu Sacratísima Familia de Nazareth.

Castidad de los consagrados:

Todos los consagrados (sacerdotes y religiosos (as)) se comprometen a vivir en castidad perfecta, igual que los solteros, pero a diferencia de aquellos, estos se comprometen ante Dios, teniendo por testigo el Obispo o por lo menos el director espiritual de la Orden o congregación, esta de ninguna manera es para apañar desviaciones sexuales o cosas por el estilo, como dijo la Madre Gabriela, es una ofrenda a Dios en contra posición a la lujuria del mundo. Este tipo de castidad, es más atacada que la dos anteriores y no sé porque pero la castidad de los sacerdote seculares o diocesanos es las más atacada, no tanto así la de los religiosos (as) creo que por esta razón y antes tantos que dicen ¿porqué los curas no se casan? Es bueno responderles con las palabras de Dios, se que un especialista pudiera nombrar más citas, pero yo soy simplemente un catequista franciscano, no un teólogo, por tanto excúsenme, tomaré solo dos citas que creo son contundentes, la primera del Evangelio cuando nuestro amadísimo Señor Jesús dice: “Algunos han nacido eunucos, otros lo han hecho eunuco los hombres y hay otros que se hacen eunucos por el Reino de Dios” aquí es bueno explicar primero ¿qué es un eunuco? Son personas incapacitadas para tener hijos, evidentemente alguien puede nacer con esta incapacidad, por otro lado en la época era normal que como castigo se castrara a los hombres (se le quitaran los testículos) es decir, los incapacitaban para tener hijos, el tercer caso y es el que nos toca, están los que por amor al Reino deciden no tener esposas e hijos, es decir, por amor a Dios quieren entregarse por completo a Él. La otra cita bíblica, como cursillista que soy (perteneciente al MCC) la extraeré de las cartas de San Pablo, nuestro patrono, dice: “El esposo se tiene que dedicar a complacer a su esposa, la esposa se debe dedicar a complacer a su esposo, pero los solteros se pueden dedicar en absoluto a complacer a Dios” por eso dice él “cuanto quisiera que todos fueran como yo” él era soltero célibe, los célibes eligen esta vida, para poderse entregar más plenamente a Dios, por más que queramos los casados no podemos tener la misma disponibilidad que los célibes, de hecho la Iglesia nos exige que nuestro principal sitio de evangelización es en nuestras familias y el sitio donde trabajemos, estudiemos o nos desarrollemos como persona, ciertamente nos involucramos en la Iglesia pero no de manera tan plena. Ciertamente, la castidad perfecta y perpetua de los consagrados es difícil de llevar y para mí que tengo vocación matrimonial, es una locura no por la parte sexual, sino y sobre todo por la incapacidad de tener una familia, desde mi vocación matrimonial, veo en mi esposa y mis hijas la forma más bella y sencilla con la cual mí Dios y mi Todo, me dice un tierno te amo, por eso te invito a rogar por los célibes y vírgenes para que nuestra gran Amor, el amadísimo Señor Jesús los llene de una plenitud vocacional tan gozosa, que las privaciones que supone su vocación, sean para ellos libertad para amar más y mejor al amor de los Amores, mi más grande Amor el Señor Jesús. Dios bendiga a todos los consagrados y les haga santos.

Una vez expuesto los tres tipos de castidad tenemos que llegar a algunas conclusiones, si eres laico o consagrado, soltero o casado, sacerdote o religioso (sa) o el estado en que te encuentres te toca ser casto, yo voy más allá, todos los cristianos debemos seguir los concejos evangélicos, los consejos evangélicos están comprometidos a cumplirlos sacerdotes y religiosos pero creo nos atañen, siendo ellos tres:

-Pobreza: está que es la madre de todas las virtudes la asociamos erradamente, a la pobreza extrema que asumieron algunos santos como el Santo, padre fundador, Francisco de Asís, el fue un extremo que nos regalo el Buen Dios, para vivir virtuosamente la vida, pero esta virtud, trasciende a la pobreza externa y se mete en las entrañas. La hermana pobreza como le llamo San Francisco de Asís, nos lleva a reflexionar de la siguiente manera, por mucho esfuerzo que hagamos si Dios no nos provee, definitivamente no tendremos nada, Dios es nuestro proveedor aun cuando trabajemos mucho, Dios es el inmensamente rico, pues Él lo creo todo y todo le pertenece, nosotros nos sometemos a él como infinitamente pobre, pues en todo dependemos de Él. Por tanto como laicos nos toca ser pobres, para que se entienda mejor una humildad sincera que salga del alma.

-Obedientes: ¿Es que acaso nos libramos los laicos de la necesidad imperiosa de ser obedientes a la voluntad de Dios? ¿Es que por laicos podemos no cumplir los mandamientos? o ¿por laicos tenemos dispensas para revelarnos ante la autoridad que Dios pone en la Iglesia Papa, Obispo, Párrocos? una vez más me alegro de decepcionarles tenemos que ser obedientes, en mi caso en particular debo obediencia también a la Ministro de la orden a la que pertenezco, la Orden Franciscana Seglar. Todos los laicos tenemos que ser obedientes.

-Castos: el voto o promesa, no dice célibe o virgen, dice casto, es decir, puro, por tanto y por las razones ante expuesta nosotros debemos ser todos castos.

Por todo lo antes expuesto me parece coherente, para un laico serio y que realmente tiene como mete agradar a Dios y llegar a la santidad, la necesidad de cumplir los consejos evangélicos, lo más perfectamente posible. No les he hablado desde la óptica de alguien que ha logrado todas estas cosas, pero si desde la óptica, de quien quiere agradar a mi amadísimo y adoradísimo Señor Jesús, mi Dios y mi Todo, como dijo San Francisco de Asís, quizás la única diferencia entre tú y yo es que después de habérseme diagnosticado leucemia (cáncer de la sangre) habiendo experimentado de manera dramática la cercanía a la muerte y después de haber ingresado a la Orden Franciscana Seglar (O.F.S.) y haber profundizado más la espiritualidad franciscana, con la cual me identifico desde hace años, siento un necesidad urgente de ser santo, estando consciente que tengo un camino larguísimo que recorrer, pero mi fe me dice que, ya que he tomado la decisión Dios, la Virgen, San Francisco y todos los santos me ayudaran con esta meta, por supuesto, siempre poniendo mi mejor esfuerzo, como dice un lema cursillista “hacer todas las cosas como que todo dependiera de nosotros, pero con tanta fe como si todo dependiera de Dios” Concluyo con dos frases de sendos santos temporáneos:

-Beata Teresa de Calcuta: “LA SANTIDAD NO ES UN PRIVILEGIO DE UNOS POCOS, ES UN DEBER DE TODOS”

- Beato Juan Pablo II: “NO TENGAN MIEDO DE SER SANTOS”

Eugenio Baamonde Marcano

Iniciado OFS, por Misericordia de Dios.

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