El horizonte ecuménico de Jesús guardó sintonía con el espíritu ecuménico de los escritos veterotestamentarios. Es en el caminar de Jesús, en su relacionamiento, en su convivencia, en su praxis, donde vemos señales de un ecumenismo auténtico. Este énfasis lo vemos en el relato del Evangelio de Marcos donde Jesús es presentado como un “hombre de praxis”. En la narración de Marcos, Jesús es el caminante, cuyo camino fue anunciado por el bautista (1.2-3), recorrido por Jesús hasta sus últimas consecuencias –la cruz– (8.27, 9.33-34, 10.32, 15.24-37), y en el que luego de resucitar él prosigue (16.7). La metáfora del camino está enraizada en la estructura del mismo Evangelio, donde los escenarios se sitúan geográficamente, Galilea (1-8) y Jerusalén (8-16). La “geografía teológica” de Marcos nos comunica que el camino de Jesús no tiene fronteras, pues vemos a Jesús constantemente visitando tierras paganas (5.1-20, 7.24-37, 8.1-10), donde exorciza, sana y da de comer en abundancia. Ese cruce ...